Orizaba, Ver.- En una jornada marcada por el dolor y la dignidad, madres buscadoras del Colectivo Familiares Desaparecidos Orizaba-Córdoba salieron una vez más a las calles este 10 de mayo en una marcha que denominaron “Con las manos vacías”.
La caminata efectuada en el Día de las Madres se convirtió en un grito colectivo contra el olvido, la criminalización y la indiferencia de las autoridades ante la crisis de desapariciones en México.
Araceli Salcedo Jiménez, quien, desde hace doce años, busca a su hija Fernando Rubí, representante de la agrupación, lamentó profundamente que se viva en un país donde la desaparición de personas no sea una prioridad para las autoridades de alto nivel.
“Somos nosotras quienes iniciamos esta lucha sin ayuda de nadie, más que el acompañamiento de otras madres y el dolor compartido de no tener a nuestros hijos”, fustigó.
Agregó que alzan la voz para visibilizar una realidad que persiste desde hace más de una década, “seguimos incompletas, hay un profundo vacío que sienten por la ausencia de los seres queridos”.
Durante la movilización, las madres señalaron que han sido ellas, las familias, quienes han tenido que organizarse para buscar a sus seres queridos, incluso cuando ello implica enfrentarse a terrenos hostiles y al dolor de hallar restos humanos.
“Somos nosotras mismas quienes, con pruebas, hemos señalado a las autoridades los lugares donde hay personas enterradas en fosas clandestinas. Hemos tenido que rascar la tierra con nuestras manos, haciendo el trabajo que le corresponde al Estado”, recriminó Salcedo Jiménez.
La activista denunció además una creciente campaña de criminalización contra las madres buscadoras, la cual, dijo, pretende desacreditar su lucha desde el odio y la incomodidad que provoca su presencia constante en las calles y medios de comunicación, “no es nueva, pero sí ha tomado fuerza; esa es otra batalla que tenemos que librar”.
La caminata “Con las manos vacías” representó la ausencia permanente de sus hijos, hijas y seres queridos. “Estamos incompletas. Muchas llevamos más de 12 años así. A veces sentimos que ya no podemos más pero encontramos fuerzas en el amor y en la esperanza de volver a abrazarlos”.
Salcedo Jiménez subrayó que esta exigencia, por más incómoda que sea para la sociedad, es una forma de gritarle al mundo el dolor de miles de familias.
Por ello, la convocó a tener empatía hacia las familias de desaparecidos. “Queremos que la sociedad aprenda, que deje de criminalizarnos y entienda que nadie tiene derecho de desaparecer a nadie. Para nosotras, el Día de las Madres no es un festejo. Es un recordatorio de que seguimos esperando su regreso”.
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