En pleno centro de la ciudad de Veracruz, se registró un incidente de acoso hacia una mujer, sumándose a una serie de eventos preocupantes en una zona considerada de riesgo por colectivas feministas.
Una empleada de una zapatería ubicada en la avenida Independencia fue abordada por su ex pareja, quien la jaloneó y amenazó en un intento de forzarla a hablar con él.
En ese momento, una persona de la tercera edad que transitaba por la banqueta intervino al presenciar el maltrato físico y verbal que estaba sufriendo la joven de 26 años. Acto seguido, otra mujer que pasaba por la zona se acercó y exigió al agresor que se retirara.
A pesar de los intentos de las testigos por llamar a emergencias al número 911, les fue imposible obtener respuesta. El agresor se retiró brevemente, pero regresó al no ver ninguna patrulla cercana, continuando con el hostigamiento hacia la víctima. Ante la advertencia de que la policía estaba en camino, el agresor se retiró con la amenaza de regresar “a la hora de la salida”.
Ante la ineficacia del número de emergencias, una de las testigos tuvo que contactar al Instituto Municipal de la Mujer para solicitar ayuda. Finalmente, una unidad de la Policía Naval fue enviada al lugar.
La trabajadora, nerviosa y temerosa por su seguridad, relató brevemente la situación a los uniformados y expresó su preocupación por el episodio de acoso que había vivido al llegar a su trabajo.
Los oficiales informaron a la víctima que deberá acudir a la Fiscalía General del Estado (FGE) para presentar una denuncia formal contra el agresor.
Las testigos condenaron no solo la agresión sufrida por la joven, sino también la lenta respuesta de las autoridades ante la emergencia.
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