Buscan con esperanza a sus desaparecidos en los Ceresos de Veracruz

Familiares de personas desaparecidas ingresan a las cárceles y piden a los internos que les proporcionen cualquier información sobre sus seres queridos. Es una jornada de búsqueda en vida de tres días que Pie de Página acompañó

Esta es una jornada de búsqueda en vida de personas desaparecidas  realizada por el colectivo Justicia y Dignidad Veracruz.  

Madres, hermanas, esposas, y un papá se reúnen en el Puerto de Veracruz. Todas son originarios de ese estado, excepto tres que llegan a buscar a sus familiares desde la Ciudad de México. A quienes buscan, desaparecieron en Veracruz.

“Por favor, tómense su tiempo para ver las fotos. Si en algún momento estuvieron presos aquí con ustedes o que los hayan visto en algún lugar afuera. Si el amigo del amigo, los llegó a ver. Es muy importante para nosotras. De la manera más humilde, con el corazón, les venimos a pedir que cualquier dato que tengan, nos lo hagan saber. Cualquier información es muy importante. Venimos de lejos, de varias partes de Veracruz y hasta de la Ciudad de México. Si reconocen algún tatuaje, alguna seña, acérquense. No buscamos culpables, solo queremos encontrar a nuestros familiares. Su información es anónima”.

Fueron algunas de las peticiones realizadas a los presos que visitaron familiares de personas desaparecidas esperando encontrar alguna pista que los lleve al paradero de sus seres amados.

De acuerdo con cifras de la Comisión Nacional de Búsqueda, Veracruz está entre los 10 estados de México con más personas desaparecidas. El problema es tal, que los casi 40 colectivos que existen a lo largo del estado, no son suficientes. Cuatro de ellos trabajan en el puerto.

Lidia, Cheli, Rocío, Alicia, Florecita, Mónica, Almareli, Gisela, Aylin, Margarita, Susy, Rosa, Martis, Sonia y Jorge, dejaron la otra parte de su familia, dejaron sus trabajos y casas para seguir buscando a quien aún les falta. Durante tres días visitaron los Centros de Reclusión Social (Cereso) de Tuxpan, Papantla, Poza Rica, Misantla y Jalacingo, observando detenidamente los rostros y expresiones de las personas privadas de su libertad.

El itinerario de búsqueda se asemejó más a un difícil reto a desafiar, que a un programa pensado en ayudar a cumplirlo en tiempo y forma.

Las paradas necesarias para ir al sanitario, la carga de combustible, los relevos de seguridad y los “incidentes” ocurridos, no fueron contemplados en el ajustado plan coordinado por la Comisión Estatal de Búsqueda de Veracruz (CEBV).

Lo anterior, no detuvo a los familiares que en su búsqueda, ingresaron a los penales a pedir a quienes están privados de su libertad, alguna pista, por mínima que sea. Cualquier información que les ayude a dar con el paradero de sus seres amados.

Los buscadores vieron desfilar a por lo menos mil personas privadas de su libertad que vestidos de naranja y beige pasaron frente a las imágenes de sus seres queridos.

En caravana, dos camionetas tipo Van que transportaron a las buscadoras se dispusieron a cumplir con la misión de la búsqueda. Acompañadas por un vehículo con 2 funcionarios de la CEBV y custodiadas por la policía estatal dispuesta por cordilleras, es decir, aunque no es lo más idóneo por cuestiones de seguridad, la vigilancia se fue cambiando de acuerdo a los municipios visitados.

La atención en los Ceresos fue diversa, siempre en presencia del director del penal visitado. Algunos ofrecieron agua y colocaron mesas para poner las fichas de los desaparecidos. Otros ni siquiera solicitaron registro de quienes ingresamos ni la identificación oficial.

 

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